Baile y algo más. La cuestión social en las letras de tango.
por José, el de la quimera
El tango no es solamente un baile. Dicen que es una filosofía de vida. Tal vez este concepto sea exagerado, pero si no es una filosofía, hay muchos aspectos en este arte popular del siglo XX que influyeron e pueden influir en el comportamiento, sino de grupos sociales, sí de las personas como individuos. El tango puede ser un punto de referencia ético, hoy que los intereses económicos priman sobre los sociales. Que existe un comportamiento ético lo revela Enrique Carrera Sotelo en el tango Esta vida es puro grupo (1924). El tanguero no puede renegar de su sentimiento sino a costa de transformarse en un farsante, ya que atenta contra la propia identidad. Sin la afirmación sincera de su origen, sus penas, alegrías y amores, esta vida es puro grupo [farsa]. El tanguero quiere tener una buena vida pero no puede dejar a un lado su corazón. El escape de la miseria no debe ser a cualquier precio:
Con un mango [denaro] en la cartera y un empilche [vestito] dominguero
tu estampa de pordiosero [barbone] se transformará en señor;
serás todo un caballero (de alta alcurnia [lignaggio] milonguera)
pero al largar [partire] la carrera dejá a un lao tu corazón.
Tango es muchas cosas más. En 120 años de existencia conjuga características musicales y poéticas, y es además una amplia fuente de información (y formación) en los aspectos antropológico, sociológico, filosófico, psicológico y linguistico. Que le tiene que envidiar el tango al lenguage riguroso y sofisticado de algunos poetas, de los filósofos, psicólogos y sociólogos? Nada, al contrario, con un lenguaje simple y directo, al alcance de todos, dice las mismas cosas. Dante Linyera, Discepolín y Julian Centeya ya habían dicho precedido a Sartre, y con palabras más simples, usando un lenguaje poético:
Hay que reír y bailar
si una vez hay que morir...
Cantemos, pues, hoy la demencia [pazzia]
de un sueño de amor y alegría.
Mañana tal vez la existencia
nos muestre su faz [faccia] más sombría...
Y el justo arlequín de lo eterno,
lo mismo al tristón amargado
que al riente y feliz potentado
en sus tumbas hará descansar.
(Dante Linyera en Como nos divertimos (1930)).
No hubo en la historia de la humanidad, una expresión popular que ofreciera una reflexión tan profunda acerca de la condición humana. El escritor Ernesto Sábato lo dice al comienzo de su ensayo Tango, discusión y clave (1963): Un napolitano que baila la tarantela lo hace para divertirse; el porteño que se baila un tango lo hace para meditar en su suerte (que generalmente es grela [disgrazia]) o para redondear malos pensamientos sobre la estructura general de la existencia humana. El sociólogo Julio Mafud define la "tanguidad": Es todo un estilo de vida. Toda una metafísica y una psicología que sostiene una suma de características argentinas y rioplatenses. Tanguero ya no es pura y únicamente quien canta o baila el tango. Es quien incluso, sin hacer nada de eso, vive y encarna el modus que hay tras la manifestación tanguística. Incluso, el tango precede la globalización (Buenos Aires era un verdadero Melting Pot de diferentes etnías, culturas e idiomas), ya que proviene de la sinergía de diversas culturas que confluyeron en el Río de La Plata, no solamente los diferentes estilos musicales sino también el aspecto de la historia social que tuvo una gran influencia en la creación del tango.
Tango es baile, que te permite descubrir la musicalidad de tu cuerpo, una posibilidad de comunicar a través del abrazo las emociones dictadas por la música. Y esto no es poco, ya que que no somos totalmente conscientes de lo saludable que puede ser esto para el cuerpo y para la mente. Descubrimos otra dimensión.
El tango es poesía y literatura, ya que muchas de las letras fueron escritas por grandes poetas y escritores. Y en parte es literatura que refleja la realidad y las vivencias cotidianas de un pueblo en un dado momento histórico. En este sentido, muchas de las letras de tango son actuales, ya que denuncian las injusticias y hablan de reivindicaciones sociales que hoy día estamos perdiendo por la acción de gobiernos sin sensibilidad social.
El tango es música y de gran calidad. Basta mencionar a Astor Piazzolla, que logró la fusión entre el tango tradicional, la música clásica y el jazz (la otra expresión popular del siglo XX que nació del pueblo). Aunque jazz y tango eran parientes desde mucho antes. Fresedo y de Caro fueron influídos por el jazz e incorporaron instrumenos de este género. Por ejemplo, es memorable la grabación de Vida mía de Osvaldo Fresedo y Dizzy Gillespie en Buenos Aires en 1956.
http://www.youtube.com/watch?v=NaPY8xrlxeY
El tema es muy amplio, tanto como hay tangos. Hoy día, www.todotango.com.ar cataloga 4520 tangos, y muchos incluyen la música. El sitio web www.amsterdamclubdetango.nl/lyrics/ contiene aproximadamente 13000 letras de tango (lo que demuestra que el tango es universal). Se estima que hay en realidad más de 60000 tangos. En este artículo consideraremos la cuestión social, especificamente la política y la emancipación de la mujer, temas que son muy vigentes hoy en día en Italia. Basta recordar el bunga-bunga y las manifestaciones populares contra el gobierno actual por leyes y decretos para modificar la Justicia, la Educación, la relación obrero-patrón y hasta la Constitución Nacional.
Como dice el sociólogo Julio Mafud las letras de tango son un imprescindible manual de sociología. A principios del siglo XX encontramos payadores que escribieron tangos y milongas para denunciar injusticias y para desmentir que un tema musical tiene que ser un elemento de entretenimiento sin contenido político y social alguno. En los años 30, Evaristo Barrios escribió varias letras sobre temas sociales que fueron cantadas en las milongas del barrio de Boedo. En Sin güelta (1930) denuncia que el progreso (la máquina) le quita trabajo al hombre:
No hay juerza [forza] pa’ contener al progreso que atropella [travolge],
pa’ abrir una nueva güelta [giro] sobre la güeya [orma] de ayer.
El hombre sigue a mi ver un camino equivocao,
el invento lo ha arruinao, pues la máquina ande [dove] quiera
deja mucha gente afuera del puesto que hubo ocupao.
Política chica (1930) trata la compra de votos, la formación de las listas electorales, la lucha de clases y el fraude.
La lista de candidatos
se hace a fuerza de muñeca [a mano]
y, con la palabra hueca [senza senso],
se engaña a los timoratos [timorosi].
Y, pa’ causar malos ratos
se divide al pueblo en clases;
se anula a los más capaces
se imponen los trepadores[carrieristi];
y el pobre, con sus errores
sostiene a los más audaces.
Les recuerda algo?
El dinero lo compra todo, como ilustra No hay amigo como el peso (1924):
El peso es rey de la tierra,
afirma las ambiciones,
y es una de las razones
poderosas de la guerra.
Al peso el hombre se aferra
y suele cambiar al necio [testardo],
no hay quien no le tenga aprecio,
y este dicho no comprenda:
No hay hombre que no se venda;
todo es darle con el precio.
y el bunga-bunga:
Puede un hombre enamorao
conquistar un corazón,
siempre que doña ambición
en él no se haiga ganao [vinto].
Pero el rico encaprichao
que a eso no le da valor,
por plata es dueño y señor
del chiquilín de la flecha [Cupido],
y la ocasión aprovecha
aunque no compre al amor.
En Delen cancha a las mujeres (1930) el autor afirma que entre el hombre y la mujer debe haber igualdad y no una relación de dominación. La mujer puede gobernar y tiene talento para decidir cuestiones importantes, tal es así que no hay mejor ministro de economía que un ama de casa,
Dejen que ellas preparadas
puedan también legislar,
las patrias han de ganar
porque serán mejoradas,
que no vivan alejadas,
que cuiden mejor la raza,
verán cómo no fracasa
la mujer en la contienda [lotta]:
¡pues no hay menistro de hacienda
como una dueña de casa!
Villoldo, el autor del Choclo, escribió en 1903 el tango Matufias [trappola] (o el arte de vivir), donde denuncia la corrupción de los diputados,
Se presenta un candidato,
diputado nacional
y a la faz de todo el mundo
compra el voto popular.
Se come asado con cuero
y se chupa [beve] a discreción
celebrando la matufia
de una embrollada [imbroglio] elección.
Ivo Pelay, con Musica de Francisco Canaro, plantea en El casamiento no me interesa (1934) el tema de la independencia de la mujer que modificará las relaciones sociales de dominación por parte del hombre en las últimas décadas,
El estar casada
es vivir atada,
con un clavo al lado
y en eterna discusión...
Es vender la vida
por casa y comida
y vivir pendiente
de las broncas [malumore] del patrón.
Margot (1921), de Celedonio Flores, representa la mujer que eligió entregarse a un magnate en cambio de dinero, un bunga-bunga tanguero,
Son macanas [bugie], no fue un guapo haragán [fannullone] ni prepotente
ni un cafisho de averías [gigolo] el que al vicio te largó...
Vos rodaste por tu culpa y no fue inocentemente...
¡berretines [capprici] de bacana [ricca] que tenías en la mente
desde el día que un magnate cajetilla [elegante] te afiló [lusingo]!
que refleja también Mucheca de Carne (1927) de Guido y Capone,
Muñeca de carne, que sabe de mimos [carezze],
de besos y risas, de cóctel y amor,
que en la alfombra sucia del cabaret impío [impuro],
renunció a ser buena para ser peor.
Finalmente, están los tangos, más conocidos, de denuncia social, compuestos por Discepolín (Enrique Santos Discepolo), entre los que podemos nombrar Yira-Yira (1930), Cambalache (1934) y Uno (1943). A través del tango, el porteño expresó sus emociones, miedos y cuestionamientos sociales. No hay pesar, alegría, vicio o virtud que no haya sido mencionado en las letras del tango. Son las fuentes más auténticas de la forma de vivir de un pueblo. Y nada más actual que estas estrofas de Cambalache:
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro [ladro],
generoso o estafador [imbroglione]!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro [asino]
que un gran profesor!
No hay aplazaos [bocciatura]
ni escalafón [graduatoria],
los inmorales
nos han igualao.
Como ven no hay nada nuevo. Ya está cantado, ya esta dicho y experimentado. Y volvemos a repetir esos errores.
Pero en las letras de tango encontramos muchos otros aspectos aparte de lo social. El sociólogo Denise Jodelet dice que las letras de tango forman un universo simbólico y un sistema de creencias. Jorge Luis Borges en el libro Evaristo Carriego (1955) le pronosticó a las letras de tango una duración mayor que las obras de muchos poetas cultos de principios del siglo XX:
De valor desigual, ya que notoriamente proceden de centenares y millares de plumas heterogéneas, las letras de tango que la inspiración o la industria han elaborado, integran, al cabo de medio siglo, un casi inextricable corpus poeticum que los historiadores de la literatura argentina leerán o, en todo caso, vindicarán. Es verosímil que hacia 1990 surja la sospecha o la certidumbre de que la verdadera poesía de nuestro tiempo no está en La urna de Banchs o en Luz de provincia de Mastronardi, sino en las piezas imperfectas y humanas que se atesoran en El alma que canta.
Nadie sabe quien es Enrique Banchs o Carlos Mastronardi, pero hasta un extranjero puede cantar varios tangos, sobretodo si baila ya que los escucha repetidamente. Lo mismo ocurre con la música. En todas las milongas del mundo (ya casi en toda ciudad importante) se baila la música de los muertos, como alguna vez dijo Piazzolla refiriéndose al tango tradicional. Entonces,
A bailar, a bailar
que la orquesta se va!
(A bailar, Homero Expósito y Domingo Federico)