por José, el de la quimera
Quisiera aportar algo al artículo de Ricardo Schoua [el director], "El No-Tango", desde el punto de vista de un milonguero (simplemente de un bailarín de tango social, no soy maestro), que aparentemente dice lo contrario pero verán que no es así. Me solidarizo con la "bronca" de Ricardo pero desde otro punto de vista. El tango (bailable) ha muerto desde hace mucho tiempo. Hoy no hay letristas y músicos creativos que hacen música para bailar. La música post-moderna, post-época de oro esta hecha para ser escuchada. Piazzolla mismo decía que su música no se debía bailar. Esto sucedió en los años 50 por diversos motivos. En Buenos Aires, el heredero del tango -- como música y letras que interpretaron la realidad del porteño -- fue el rock urbano, cantado en "argentino", y esta música no tiene nada que ver con las milongas. "Avellaneda Blues" de Javier Martinez, por ejemplo, tiene letra de tango pero es un blues. Muchas letras del Flaco Spinetta son tango. Tal vez, Piazzolla y Ferrer contribuyeron, pero como dije antes, no es tango para bailar. Sí, se puede nombrar a Eladia Blasquez, Chico Novarro, Cacho Castaña y paremos de contar, pero estos son los casos que confirman la regla, y tampoco hicieron música para bailar. El panorama musical (bailable) que va del 900 a los 50 es infinitamente rico afortunadamente y los milongueros no tenemos porque preocuparnos. El problema reside en que pocos DJs estudian verdaderamente esto, porque en general proponen pocas orquestas y muchas veces la milonga no tiene la estructura justa, o sea, el correcto armado de las tandas y la sucesión de orquestas apropiada. Luego tenemos el "Tango Nuevo" (como fenómeno bailable entiendo). Es penoso ver a los bailarines bailar tango nuevo, no es tango social, es muy difícil, como si bailaramos danza clásica sin saber. Solo algunos, Frúmboli, Arce, Naveira, que practican horas al día, lo pueden bailar con una cierta decencia, pero en las milongas, aquellas tradicionales, bailan el tango social como todos nosotros. Tampoco este no es fácil, está la diversa musicalidad de cada orquesta que hay que respetar. Quien no sabe bailar llama "marchas" la música extraordinaria de Biagi y son aquellos que piden "tango nuevo", con temas de "Otros Aires", "Gotan project", Grace Jones, etc. Podremos bailar música contemporanea cuando será compuesta para bailar tango social, pero para esto tienen que volver los Biagi, Lomuto, Donato, Di Sarli con letristas como Cadícamo, Romero, etc., porque el tango bailable no existe más. Además, el "nuevo" es de baja calidad. Si lo quieren bailar, hay que aprender primero el tango social, con su variada musicalidad. Dado que este es un proceso sin fin, donde siempre se descubre algo, verán que es muy gratificante y que luego no hay necesidad de bailar "Gotán" o proponerlo en una milonga para sentirse en la "vanguardia" y pretender que se está inventando algo super creativo. Digo más, luego de aprender esto, no les va a gustar el "nuevo". Luego, quien es el DJ creativo?, aquel que pone Tanghetto, Narcotango, (hasta Mozart escuché), en la milonga? donde la mayoría de los bailarines parecen zombies y creen que bailan fenomenal la última moda del tango? El que propone música tradicional no es creativo? Djs: estudien y verán que cada orquesta tiene su propia musicalidad, con infinitas posibilidades, donde el cantor es un instrumento más, algo que no fue así después de los 50, cuando el cantor pasó a ser la estrella. Los bailarines necesitamos tenores, como Roberto Ray, Raul Berón, Francisco Fiorentino, hasta puedo decir Goyeneche en sus inicios, y Nina Miranda es perfectamente bailable, y no de voces que "dicen" o "gritan" el tango. Esto está bien, pero son para escuchar. Maestros: enseñen a los bailarines a caminar primero, las figuras las descubrirán ellos solos más tarde. Afortunadamente, el tango resurgió en los 80 como baile (milonga). Hoy se baila en todo el planeta "la música de los muertos", como la denominó alguna vez Piazzolla. No hay ciudad importante donde no haya milongas. Innovadores serios hoy? lamentablemente no los hay y si vendrán, irán en una dirección sino igual, parallela a la de los viejos maestros.
Schoua me responde en la Editorial: Claro, depende de lo que cada uno considere bailable. Para el lector, el paradigma parece ser Rodolfo Biagi, al que contrapone con engendros como Gotan Project, pero no menciona a Pugliese o a Troilo... Biagi no es mi paradigma, sí una de mis orquestas preferidas, pero Pugliese y Troilo son también de la década del 40! así que no se contradicen mis argumentos.
Luego comenta: A mí, bailar en una pista pequeña, llena como un colectivo en horario pico, no me gusta, pero cada uno es dueño de hacer lo que le parezca. A lo que yo respondo que quien sabe bailar en una pista pequeña o con la pista llena (por ejemplo Salón Canning en milongas "pico"), sabe bailar en cualquier pista, también en Aeroparque :>).
Luego: Para evitar problemas, se musicaliza sólo con lo conocido. Pero un bailarín social no tendría que tener dificultades para bailar un tango que nunca había escuchado. Después de todo, en la década del 40 se estrenaban tangos continuamente. Sí, pero con la etiquetas: "bailables".
Pero si lo digo yo "no vale". Veamos que dice el maestro Alfredo de Angelis. Acabo de terminar de leer su biografía, escrita por su hija. En este libro De Angelis se refiere claramente al problema en el año 1981, y sus palabras son actuales:
Uno de los motivos es que las orquestas ahora no hacen ritmo, parece música española, que no tiene nada que ver con el tango. La mayoría toca todo igual, los bandoneones hacen todos lo mismo. Aparte del ritmo, no llevan la linea melódica del tango, eso no le gusta al público y aunque se lo quieran imponer no lo van a lograr.
Este caso no a revertirse hasta que no salga una orquesta como en el año 1935, cuando salió D'Arienzo y rompió con todas las novedades de aquel entonces, hoy pasa lo mismo. El tango es para bailar, hoy hasta han cambiado el estilo de baile, los cantores gritan, yo siempre digo que duren los discos de Gardel, de él pueden sacar el estilo. Gardel nunca gritó y fijese que el tiempo lo demuestra. Otros ejemplos son Fiorentino, Dante y Vargas.
En la época de Canaro, salió De Caro, pero hacía ritmo, fue así como Troilo, D'Arienzo y otros más tocaban "cuadrado" o sea para bailar, salió Horacio Salgán con un estilo muy lindo, modernizado, bien arreglado, y que pasó?, quedó detenido. Después no salió más nada, nos quieren imponer un nuevo estilo, pero mientras no hagan tango-tango, no pasa nada.
(Diario La Prensa, 11/1981, "Alfredo de Angelis: Las orquestas no hacen ritmo", nota de Roberto Pertossi).
Más claro imposible.
Porque siguen insistiendo en muchas milongas en llevar orquestas que componen música para escuchar? Porque los bailarines no saben bailar, y creen que saben. No bailan bien las orquestas típicas y pretenden bailar el tango "moderno". Alguien que distingue la musicalidad de cada orquesta, que sabe bailar las síncopas, las cadencias y los silencios, y no baila "todo igual", no va a esas milongas, porque sabe que no lo son realmente sino "espectáculo de baja calidad con baile". Personalmente, si quiero escuchar una orquesta voy al teatro donde la acústica es mejor y su función es precisamente escuchar y disfrutar la música. En la milonga quiero música bailable y no pasivamente esperar que termine el "espectáculo" para bailar y además pagar más. Las orquestas del 40 convocaban hasta 6 mil personas en las milongas de carnaval porque tocaban para bailar y los bailarines tenían un función activa y no pasiva interpretando correctamente la música, con ritmo y melodía como dice De Angelis. Ese es el secreto del éxito. Donde están las milongas de esos carnavales ahora? Alguien se preguntó cuál es la causa? La ausencia de bailarines o de orquestas apropriadas?
Para terminar con música, un ejemplo de esas síncopas, las cadencias y silencios bien bailados con el tema de Canaro, "Invierno" (inedito en CD), letra de Enrique Cadícamo:
Fuente
De Angelis, Isabel, 2004, Alfredo De Angelis. El fenómeno Social. El Tango Club. Ed. Corregidor.
Tango y Cultura Popular, abril 2012, nr. 135; www.tycp.com.ar.